Este sábado de mitad de febrero nos subimos al norte, al Pabellón de la Universidad Autónoma en Cantoblanco. Estuvimos dos horas dándole duro a la pelota gigante. Por un lado, estuvimos deslizando mucho, una de las destrezas básicas de todo jugador de KIN-BALL (¿o se dice kimbol?). Y luego lo estuvimos poniendo en práctica en sesenta minutos de partidos. Un sábado más, podemos calificar este entrenamiento del B105 KIN-BALL Club como un éxito.