El primer Día del Club del B-105 finalizó siendo un absoluto éxito de participación, resultados y, por qué no decirlo, de diversión, algo fundamental para nosotros. El día en que todos los miembros del club celebrábamos lo que nos une cumplió todas las expectativas, tuvo sus sorpresas y demostró cual es nuestra idea del Kin-Ball, pero también de todo en general.
La jornada comenzó con una sesión de entrenamiento en San Sebastián de los Reyes en la que seguimos intentando mejorar nuestras habilidades kinballeras. Un entrenamiento como siempre en el que aprendes y ejercitas mucho el cuerpo, pero en el que no dejas de divertirte. Y además tuvimos sorpresas varias. La primera, y quizás una de las más importantes de la historia del club, fue la presencia del jovencísimo Kekoa, el hijo de nuestros compañeros Jara y Kawika. El futuro ya está aquí, y es adorable además.
Tras golpear, correr, deslizar, arbitrar, llamar y, en definitiva, entrenar, pasamos a otra de esas cosas que se nos dan bien en el B-105: reunirnos alrededor de una mesa, con unas bebidas ante nosotros para hablar de todo, de Kin-Ball y de mucho más. En este aperitivo seguimos con las sorpresas. La primera de otro socio reciente, Raúl, que nos ha tocado la patata con las chapas que ha hecho para el club. La segunda es la incorporación de dos nuevas socias, Marta y Alejandra. Son 5 en el último mes y es algo que nos llena de orgullo y satisfacción. Porque nos alegra mucho que ser cada vez una piña más grande, y porque seguimos difundiendo el Kin-Ball, que es lo que nos hizo conocernos.
De ahí bajamos a Madrid para preparar la segunda jornada de la Liga de Madrid de Kin-Ball que se volvería a celebrar en el polideportivo de La Masó. Unos lo llaman preparar y otros lo llaman volver a las raciones del La Mesa Puesta, al que nos estamos empezando a aficionar porque se come muy bien y porque nos tratan aún mejor. Sin casi tiempo para una sobremesa como dios manda, y como nos gusta, tuvimos que pensar ya que nos tocaba jugar.
A las 5 de la tarde se iniciaba la segunda jornada de la Liga de Madrid que tan buenos resultados nos traería. B-105 Estrellas y B-Biendo Morgan se alzaron son sendas victorias en sus respectivos partidos frente a Al Mayrit y KCB, y Clásicos y Hurricanes. Podría ser por el apoyo de la pancarta de Henry y Elena donde se reflejaba que el club tendrá dos equipos, sí, pero un mismo corazón. Y ese corazón fue el que hizo que los Estrellas se llevaran con bastante solvencia su partido y que los Morgans empataran en cabeza con los compañeros Clásicos pero que se llevaran la victoria por un periodo ganado. Como siempre fue una buena tarde de Kin-Ball entre amigos en una Liga que cada vez tiene más nivel y atrae a más gente.
Y después ya sólo quedaba rematar a lo grande el día. Y que mejor sitio para hacer un remate de noche que La Latina. El Bar Onis fue la elección un poco al azar, y resultó que caímos en un buen sitio. De nuevo nos trataron muy bien, y por eso nos quedamos y consumimos como consumimos: como si no hubiera mañana. Una cena, además, amenizada por el Derbi, que, claro, creo riñas entre unos y otros. Una cena de raciones que evidencio que una parte de la mesa tenía más hambre que la otra, por decirlo bonito. Hay que decir que al descanso del partido el pueblo (algún pionero llevaba desde que llegó) decidió pasar al siguiente nivel, el de las bebidas de alta graduación. Los copazos de casi tres cuartos de alcohol cayeron uno tras otro y aquello se despendoló y ya todo fueron risas y buen ambiente
Pero aún nos quedaba la última parada, con las evidentes bajas por el camino. Tanto los jóvenes que debían cuidarse para el futuro, como los que fueron a envolverse en su albornoz. Pero aún un grupo nada desdeñable llegó al Tambor, otro habitual del B-105, donde cayeron otras rondas y otros bailes que remataron un inmenso primer Día del Club B-105. Un día que esperemos que se repita el año que viene, o incluso antes si se puede. Viva.
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