Una sesión de entrenamiento de KIN-BALL en Madrid de esas que dejan un sabor de boca muy especial, excepto por la bola pinchada. Una sesión en la que 14 personas descubrieron nuestro deporte, su pelota gigante y probablemente sus agujetas del primer día. Porque fue una sesión muy intensa y muy buena. Seguro que repiten, ojalá más gente jugando al kinball en Madrid.